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Dagupan (Lunes, 15-04-2013, Gaudium Press) A medida que se acercan las elecciones legislativas en Filipinas, la Iglesia ha reiterado su llamado por el voto responsable e informado, y ha motivado reiteradamente a los católicos su obligación de elegir a conciencia y de acuerdo a los principios de la moral. Como parte de esta intención, Mons. Sócrates Villegas, Arzobispo de Lingayen Dagupan, publicó una Carta Pastoral aclarando la posición oficial de la Diócesis en el tiempo de elecciones y el criterio que los católicos deben tener en cuenta al decidir su voto, «siempre desde el punto de vista de la fe y con la mente de la Iglesia, iluminada por los valores del Evangelio», afirmó.
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| Mons. Sócrates Villegas, Arzobispo de Lingayen Dagupan. |
El Arzobispo destacó varias maneras en las cuales la Iglesia participa en el proceso electoral, todas ellas de acuerdo a su misión especial y sin invadir los campos de la acción política directa propios del testimonio de los laicos. «Nuestra mejor contribución es orar para que el Señor de la historia guíe a cada votante y a cada candidato», afirmó Mons. Villegas. «Sólo Dios puede iluminarnos en nuestra decisión», advirtió el prelado, quien aseguró que confiar únicamente en decisiones humanas «puede sólo conducir a la pérdida de nuestra alma como nación». El Arzobispo pidió a los fieles no descuidar esa misión, aunque sea «a menudo ignorada o incluso ridiculizada».
Mons. Villegas manifestó que la Iglesia también aporta con su silencio en las acaloradas discusiones públicas sobre temas ajenos a su misión. De esta manera, recuerda la dimensión contemplativa y reflexiva que debe caracterizar la decisión y no alimenta «el sabor caótico» que pueden tener algunas estrategias electorales. «La Iglesia puede ser un signo profético del silencio místico de Dios en medio de la cacofonía de las acusaciones e irrespetos en las campañas», expresó el Arzobispo.
Los parámetros de la acción pastoral
«La Iglesia es la conciencia de la sociedad y debe seguir siéndolo», continuó el prelado, quien destacó la necesidad de proponer nuevamente las Bienaventuranzas y los Diez Mandamientos como fundamento de la conciencia nacional. También recordó la Doctrina Social de la Iglesia y las enseñanzas que la Iglesia imparte sobre la solidaridad la condición del hombre como administrador de la creación y la caridad cristiana. «El mejor momento para enseñar estos valores del evangelio», propuso el Arzobispo, «es ahora, cuando elegimos a nuestros líderes civiles».
La universalidad de la Iglesia fue también destacada por Mons. Villegas: «La Iglesia debe ser Madre y Maestra de los votantes y los candidatos», incluso si pertenecen a partidos contradictorios entre sí. «Como madre, no rechaza a nadie. Como maestra refuta con amor, corrige con misericordia, guía con firmeza afirmando siempre lo que es correcto y bello entre sus hijos opuestos». En esta misión, explicó, la Iglesia debe ser ejemplo de humildad y recordatorio de la presencia de lo divino entre los hombres.
El Arzobispo insistió en que los Obispos y los sacerdotes deben cumplir este papel dentro de los límites de su acción pastoral. Por este motivo la Iglesia no puede apoyar candidatos, ni confundir su labor con la de un partido político, porque pondría en riesgo su misión espiritual. «La Iglesia no debería parecer como si perdiera o ganara una elección», advirtió Mons. Villegas. «La Iglesia debe estar por encima de eso».
Según el prelado, la Iglesia gana las elecciones si éstas son honestas y justas, si tienen credibilidad y se desarrollan con civismo, si se vota a conciencia y no por conveniencia. «Los candidatos y los votantes son hijos de la Iglesia. Los candidatos rivales son entre ellos hermanos y hermanas en Dios». POr este motivo pidió a la Iglesia local trabajar para guiar sin ordenar, buscar la unidad, mantener la oración y curar las heridas antes que atacar. «La Iglesia debe estar en el mundo, pero no ser del mundo».
Decálogo para elegir a un candidato.
Una vez aclarados estos puntos sobre la misión y la forma con la cual la Iglesia orienta las conciencias en tiempo electoral, el Arzobispo señaló diez puntos claves para tener en cuenta en la decisión. «Nosotros, su Arzobispo y sacerdotes de Lingayen Dagupan les exhortamos a examinar sus candidatos con diligencia a la luz de la fe católica», afirmó el prelado. A continuación enumeró diez razones por las cuales un católico no podría elegir a un candidato.
El primer punto es no votar por candidatos que no sean capaces de declarar con firmeza y claridad su negativa al aborto, el divorcio, la eutanasia, el antinatalismo, la redefinición del matrimonio y políticas asociadas a la cultura de la muerte. El segundo punto tiene que ver con la participación del candidato en actividades ilegales como el tráfico de drogas, su tenencia o uso, así como su omisión en hacer frente a las mismas. «El silencio es consentimiento», advirtió el prelado.
La tercera recomendación es descartar cualquier candidato hallado culpable de cualquier delito, y el cuarto punto pide no apoyar a candidatos que apoyen la minería y la pesca ilegales, que en ese país afectan gravemente la ecología. El quinto aspecto es evaluar si hay acciones efectivas y comprobadas del candidato para reducir la pobreza y descalificar a quienes prometen sin tener resultados.
La Carta Pastoral pide, además, no votar por candidatos involucrados en compra de votos (punto sexto), o vinculados con la violencia y grupos ilegales (punto séptimo). También se pide no apoyar a quienes aparentan tener devoción religiosa durante la campaña y contradicen la doctrina de la Iglesia durante su ejercicio político (octava recomendación). También se desaconseja votar por candidatos que no den testimonio de fidelidad a su cónyuge e hijos (punto noveno) o por quienes ya tienen familiares en puestos de gobierno que puedan generar un conflicto de intereses en su servicio público (punto décimo).
«Les presentamos estas líneas guías y les pedimos que las lleven a la oración», afirmó Mons. Villegas al término de su Carta Pastoral. El Arzobispo pidió poner a Cristo en el centro de la decisión y pidió a la Santísima Virgen, bajo la advocación de Nuestra Señora del Rosario, venerada en la Diócesis que «les ayude a ser buenos discípulos del Señor y ciudadanos patrióticos de nuestro país».
Con información de CBCP News.
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