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El tabú morado

El Fiscal | 6 de mayo de 2013 a las 13:12

Sitúense.  Los hechos ocurren en el centro de la ciudad, en un bar de clientela cofradiera ubicado en un punto muy próximo a dos hermandades. Hasta aquí nada anormal. De hecho, hay muchas tabernas localizadas en sitios próximos no ya a dos, sino a tres y hasta cuatro hermandades, de tal forma que el cofraderío militante es la principal clientela periódica de esos bares. Ocurre que las dos hermandades en cuestión protagonizaron el principal incidente de la pasada Semana Santa, visto en directo por las cámaras de televisión. Yel dueño del bar, a la vista de las discusiones entre sus clientes –unos de Los Panaderos y otros de la Lanzada– no ha tenido más remedio que intervenir con la diligencia de un buen padre de familia (y de una madre de familia, va por ti Mercedes de Pablos) e imponer la ley del silencio en evitación de males mayores. La mayor gracia radica en que el tabernero no califica los hechos, sino que recurre a la norma suprema del tabú con ese “lo” que  lo dice todo. “Lo del Miércoles Santo”. Recuerda a “lo del 36”, a lo del “ausente” o  a lo de lo mal que está la “cosa”, que es como se llama a la crisis económica ahora. Prueba del respeto que imponen ciertos temas es que se aplica el tabú. Lo que no habrá visto el tabernero que no es que prohíba hablar de fútbol o de política, sino de “lo ocurrido el Miércoles Santo”. Lo cual quiere decir que por muchas cartas de disculpas oficiales que ha habido, hay quien debe seguir defendiendo la coreografía costaleril del andando despacio bajo la lluvia. Y debe seguir habiendo quien no se da por satisfecho con las explicaciones recibidas. Si en Semana Santa la distancia más corta es siempre la curva y nunca la recta, el uso del artículo neutro es el mejor circunloquio para no tener que llamar a las cosas por su  feo nombre. Lo… dicho. Prohibido hablar de la cosa. Silencio. Llena ahí.

  • Uno

    Un antiguo Hermano Mayor de Los Panaderos es empresario de la hosteleria. ¿No será de el el bar?

  • Claro

    …y quien c.ñ. es este tabernero para decidir qué es lo que se puede o no hablar en su antro? No sé donde se ubica ni pajolera intención de conocerlo, pero si fuera parroquiano, no me vería más por allí. Hay que tener cara dura incluso para ponerlo por escrito. ¿Sabrá este tipejo lo que significa libertad de expresión? Seguro que no, que se rige aun por los postulados radicales y no me extrañaría que también tuviera colgado en su negocio el cartelito de “Se prohibe escupir”, o “Prohibido el cante”, vamos, recuerdos de la caverna.

  • José A.

    Sobre todo porque el dueño del establecimiento es parte implicada en uno de los “bandos”.

  • Enrique

    Pues hombre, lo que habria de prohibir este señor, es la entrada a quien no sabe mantener una tertulia sobre determinados hechos, adoptando posturas intransigentes o beligerantes, impropias de personas civilizadas y con peligro real de que tengan o adopten reacciones violentas, por el simple hecho de que, el opuesto, no comparte su punto de vista. ¿como se puede prohibir hablar de cualquier tema en un bar?. Mañana se prohibira hablar del sevilla o del betis. Error, señor “tabernero”

  • Moctezuma

    Y qué paso el miércoles santo?, quienes son esos pasteleros y los del guantazo? Que cosas mas importantes pasan en esta ciudad. Uinch

  • Catalino

    ¿A nadie se le ha ocurrido que el cartelito puede estar hecho con eso que llaman “guasa sevillana”?. Que pronto salen algunos defendiendo la libertad de expresión, contra posturas radicales o intransigentes, bla, bla, bla, … ¡Ojú!


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