opinion.vero-velazquez.sobre-la-procrastinacion
Opinión

Vero Velázquez

Una experta del mundo Running, quien nos dará los mejores tips para correr y llevar un estilo de vida saludable.

Sobre la procrastinación

2016-11-25 | Verónica Velázquez
VERóNICA VELáZQUEZ
Comparte en:
Contenido Patrocinado

Le voy a confesar algo, amigo corredor. Me gusta mucho correr, me encanta cómo me siento después de una carrera, pero me resulta enormemente complicado mantener la motivación para entrenar de manera cotidiana.

Llevo días ‘siguiendo’ un entrenamiento a medias, encontrando un millón de excusas para no salir de mi cama en las mañanas y mejor enrollarme en la procrastinación y en mis cobijas calientitas.

¿Qué es la procrastinación? Pues la palabra viene del latín procrastinare (pro, adelante, y crastinus, referente al futuro) y significa postergar o posponer una acción o hábito, retrasar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras más irrelevantes o agradables.

Yo no sé usted, pero, para mí, el frío es el detonador clave de la postergación matutina.

A veces las mañanas se me van pensando desde mi cama en la posibilidad de correr más tarde, para luego reconocer que eso es muy poco probable.

Luego evalúo la opción de intercambiar mi entrenamiento por una sesión de yoga o por algún entrenamiento funcional bajo techo, me convenzo de que es buena opción y abro algunos videos para ver qué podría hacer. Posteriormente, reviso mi plan semanal y me doy cuenta que realmente me toca correr, así que busco el siguiente pretexto para no ponerme los tenis.

Al cabo de un rato, con todos estos pensamientos, encuentro que el tiempo invertido ya es otro pretexto ideal, porque ya se me hizo tarde… quizás no todo está perdido, y busco alguna forma de resolver toda la procrastinación acumulada, tal vez la opción es correr menos de lo que me toca.

Luego me doy cuenta que sigue haciendo frío. Y esto me puede pasar varios días seguidos.

¿Le suena? ¿Qué hace usted para vencer esta plétora de excusas?

Hoy pasé por esto y al darme cuenta que llevaba media hora ‘pensando’ me enojé conmigo misma, me pregunté por qué no logro encontrar razones en vez de pretextos, cómo es que he logrado entrenar consistentemente en otras temporadas… encontré la solución, pero eso fue después de que pude detener la avalancha de evasión, en el momento en que me di cuenta que el plan de entrenamiento dictaba ‘descanso activo’, lo que me permitía hacer ejercicio bajo techo.

Cumplí con lo que tenía que hacer y al terminar me sentí increíblemente bien, con mucha más energía que cuando comencé.

Ahí estaba la respuesta a mis preguntas: recordar cómo me siento después de hacer ejercicio, tener en mente que el entrenamiento me da energía para tener un mejor rendimiento en otros aspectos de la vida.

La clave, por supuesto, está en dar el primer paso, no pensarlo demasiado y ver el entrenamiento como un combustible diario, algo que nos ayuda a disfrutar más y tener motivación para otras cosas importantes.

Si somos conscientes de las emociones y sensaciones que sentimos después de hacer ejercicio, la recompensa inmediata se valora más que el efecto a largo plazo.

Así que vamos contra el frío y los otros miles de pretextos, un día a la vez.

Contenido Patrocinado