«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

El arte de engañar

24 de mayo de 2016

Desde hace siglos, el ser humano se pregunta si es más culpable el que engaña o el que se deja engañar. El que trata de engañar porque sabe que es lo que mucha gente acepta como normal, o el que sabiéndose engañado, no hace nada y sigue la corriente para que su vida siga sin problemas.

El engaño en la batalla se considera un arte, de ahí que grandes generales hayan publicado tratados sobre sus estrategias poniendo sus victorias como ejemplo. En el mundo oriental se conoce al arte de la guerra como el arte del engaño. El que resulta engañado en una guerra es un perdedor, un mal luchador, poco preparado y sin la experiencia suficiente. Por el contrario, el que engaña bien en la batalla es condecorado, ascendido y tratado como un héroe.

Los engaños han propiciado cambios en la historia y han derrumbado naciones, como ocurrió con el Imperio Español y el engaño de San Quintín a los franceses, la estrategia del Desembarco de Normandía para acabar con los nazis o la captura del Puente Tabor, donde esta vez fueron los franceses quienes engañaron a los austríacos.

El elemento común a todos los engaños militares en la historia es que siempre se producen para favorecer al pueblo de quien lo intenta y para engañar al pueblo contra el que se combate. Es decir, siempre se engaña para fastidiar al otro y que tu gente salga beneficiada.

Pero recientemente estamos asistiendo al mayor proceso de engaño jamás cometido en España, de españoles contra su propio pueblo. Podemos decir que la política es el refugio de los mayores tahures y mentirosos de la sociedad, desde luego que también de los más notables y los mas comprometidos, pero normalmente los que más ruido hacen, lo que más portadas acumulan, son esos traidores, esos falsos mesías que prometen liberar al pueblo precisamente para lo contrario, para someterlo.

Hugo Chávez quiso gobernar por la fuerza en 1992, pero le arrestaron y no sería hasta 1998 cuando llegaría al poder, ésta vez por los votos. El gorila rojo llegó al poder manipulando a las masas, apelando a verdades como la corrupción y tapando sus oscuros deseos de control total de las vidas de sus compatriotas, utilizó el engaño para ganar y la sociedad venezolana se dejó engañar. Quien no entienda esas ganas de dejarse engañar puede buscar en internet los vídeos de las manifestaciones de los chavistas en 2006 pidiendo en las calles la Ley del Impuesto sobre el Valor Agregado (IVA), ¿alguien puede entender a un pueblo pobre pidiendo IVA?. Pues una vez que llegó al poder por los votos, desencadenó toda la estrategia para mantenerse de por vida, controlar los medios de comunicación, laminar a la oposición y erigirse en el nuevo líder que desestabilizaría América del Sur. Los resultados son conocidos y ya poca gente se atreve a defender a Chávez y sus políticas dictatoriales.

Aquí en España ha ocurrido algo similar, sin armas pero con las mismas intenciones de Golpe de Estado, aquí lo hemos llamado el 15-M y estamos en ese momento de la historia en el que más de 5 millones de personas lo consideran algo bueno para España. Recordemos el asedio al Parlament catalán o los numerosos intentos de ocupar el Congreso de los Diputados, iniciados en el famoso 25-S de 2012. Todos los movimientos son uno solo, todos están coordinados (basta con mirar la web de la coordinadora25s), se llaman “mareas”, “Podemos”, no se qué “en común” y cualquier nombre idílico y que sea pegadizo, pero realmente son el Frente Popular.

Se valen del engaño para perjudicar a su propio pueblo, son el gobierno de Vichí (franceses que colaboraron con los nazis para eliminar a la resistencia a cambio de beneficios personales). Intentaron provocar el caos del sistema con movilizaciones masivas, aludiendo a realidades como los casos de corrupción de los grandes partidos, aprovechando la crisis, los desahucios y el paro. Recogieron todo ese desánimo generacional para crear nuevos “kamikazes” de 18 a 28 años, que iban alegres a su propia destrucción, voluntarios que sin duda actuarían bajo la batuta de sus líderes sociales y contra ese malvado sistema que les oprimía (si de verdad les hubiese oprimido, no podrían haber hecho todo lo que hicieron). 5 millones de españoles votaron a Podemos y sus llamadas “confluencias” en un seppuku histórico del que no sabemos todavía las consecuencias que nos dejará. Millones de españoles votando alegres a quienes pretenden acabar con el sistema democrático que nos ha llevado a donde estamos.

Se acercan unas nuevas Elecciones Generales y sobre Podemos se ciernen varias investigaciones de la Policía Nacional y la Guardia Civil, porque no está nada claro que no hayan sido financiados por Venezuela e Irán. Podemos usa el engaño para vender que no son proetarras, que no son chavistas y que no quieren acabar con la prensa libre. Lo venden tan bien que parte de la sociedad española se deja engañar y les compra el crecepelo, repiten sus mensajes con energía y mucha ilusión “Podemos no apoya a los etarras”, “Podemos no apoya a Maduro”, “Podemos no va contra la libertad del individuo”… lo repiten aunque les pongan un vídeo de su líder diciendo lo contrario, nada les va a convencer ya.

Quizá cuando España tenga una tasa de paro del 40%, no haya medios de comunicación libres, no podamos tener acceso a papel higiénico, a pan o a leche, cuando tener un iPhone sea algo reservado a un 5% de la población, cuando la policía pueda entrar en tu casa a las 3 de la madrugada y arrestarte sin poder pedir explicaciones y sin autorización judicial, o cuando veamos estudiantes de 17 años asesinados de un tiro en la frente, por un francotirador experto, en una manifestación contra ese gobierno de izquierdas, quizá en ese momento ya sea tarde para despertar y esos chavales de 18 a 28 años que iban alegres a votar a Podemos se den cuenta de que han contribuido a a destrucción de este País, de España.

El que hoy en día se deje engañar por Podemos no podrá decir que nadie le avisó, porque son legión los que avisan de la llegada del chavismo a España, es más, han sido los propios Pablo Iglesias, Monedero o Errejón, los que hasta hace bien poco gritaban a los cuatro vientos su idea de continuar el chavismo en España.

Carmena quiere colocar una placa en la Puerta del Sol que diga “Dormíamos, despertamos, 15-M”, espero por el bien de mi País y por el futuro de mis hijos que el despertar sea real y que 5 millones de españoles no sigan soñando con una película que no puede terminar bien.

Solamente os dejo una pregunta en el aire ¿por qué un gobierno dictatorial y asesino, como Venezuela o Irán, querría financiar a un partido político de otro País?

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